Nuestra Filosofía
Proporcionar un ambiente donde se priorice la desconexión tecnológica y la reducción del estrés, permitiendo a los visitantes sumergirse en un estilo de vida más pausado y conectado con lo esencial.
un deseo profundo de escapar del ritmo agitado de la vida urbana. Todo empezó hace algunos años, cuando, después de un largo periodo de estrés y ajetreo, surgió la necesidad de encontrar un espacio donde poder desconectar completamente, rodeado de naturaleza y tranquilidad. Este sueño se fue consolidando tras visitar distintos lugares y explorar varias opciones de alojamiento rural.
El nombre "La Libélula" fue inspirado por la simbología de este insecto, que representa el cambio, la transformación y la adaptación, valores que reflejan la misión de nuestro proyecto: ofrecer a nuestros visitantes un lugar para reconectar consigo mismos y con la naturaleza, dejando atrás el estrés de la vida moderna.
Proporcionar un ambiente donde se priorice la desconexión tecnológica y la reducción del estrés, permitiendo a los visitantes sumergirse en un estilo de vida más pausado y conectado con lo esencial.
La historia de La Libélula Rural se remonta a los años 70, cuando nuestro abuelo, un hombre con una profunda conexión con la naturaleza, decidió transformar un terreno olvidado en su refugio personal. Con sus propias manos, comenzó a construir lo que hoy conocemos como La Libélula Rural, motivado por el deseo de crear un espacio donde la familia pudiera reunirse, desconectar del mundo moderno y disfrutar de la tranquilidad del entorno natural.
Lo que comenzó como una pequeña cabaña, poco a poco fue tomando forma, añadiendo detalles y mejorando las instalaciones. Su visión era simple: un lugar donde el estrés de la vida diaria quedara atrás y la naturaleza fuera la protagonista. A lo largo de los años, su dedicación y amor por el proyecto sentaron las bases para lo que hoy es un acogedor retiro para todos aquellos que buscan paz y bienestar. La Libélula Rural no solo es un lugar, sino el legado de nuestro abuelo y su conexión con la naturaleza.
Con las manos de nuestro abuelo y su amor por la naturaleza, nació la primera cabaña de La Libélula Rural en los años 70. Un refugio de paz que hoy sigue siendo el corazón de nuestro proyecto.
En los años 70, nuestro abuelo, junto a su familia, plantó las raíces de La Libélula Rural. Un sueño construido en unión y amor por este rincón de naturaleza, que hoy sigue vivo en cada rincón.